Los escapularios suelen estar confeccionados con materiales diversos, como tela, oro, plata o acero inoxidable. La tela, tradicionalmente utilizada, está compuesta de dos piezas rectangulares unidas por cintas, mientras que los escapularios de oro y plata destacan por su durabilidad y brillo, siendo opciones más modernas y elegantes.

En los escapularios de metal, el centro de atención suele ser una medalla o una cruz, que puede estar grabada con imágenes religiosas o símbolos espirituales. Estos elementos pueden estar adornados con detalles como grabados o piedras preciosas, que aportan un toque personalizado.

Para mantener los escapularios en buen estado, es recomendable limpiarlos suavemente con un paño seco y evitar el contacto con productos químicos que puedan dañar los materiales, especialmente en el caso de los metales preciosos.

Es aconsejable guardar los escapularios en un lugar seco y protegido, como una caja de joyería forrada de tela, para preservar su integridad con el tiempo.