Cuidado de las joyas

Una joya es una pieza delicada que necesita un cuidado especial. En la medida de lo posible, recomendamos siempre quitarse las joyas antes de ducharse o sumergirse tanto en piscinas como en el mar. Evitar también el contacto directo con productos de cosmética como cremas corporales y perfumes, y sobre todo con productos químicos. También es necesario tener cuidado con los golpes y movimientos bruscos, especialmente para cadenas, sortijas, alianzas o pulseras finas. Sobre todo para las piezas de oro de ley de 18 kilates, las más delicadas. Se recomienda guardar las joyas en cajas, cajones, bolsas de tela o joyeros, y evitar que permanezcan expuestas porque el oxígeno es el elemento que más oxida las piezas. Para guardarlas, mejor hacerlo de forma separada y con cadenas y pulseras extendidas para evitar enredos que pueden acabar en rotura. Incluso con un cuidado óptimo de tus joyas, puedes notar que con el paso del tiempo se han ennegrecido o han variado su color. Eso no significa que estén estropeadas, sino que necesitan una limpieza. A continuación te indicamos la mejor forma de limpiar y mantener tus joyas.

 

  

Para una limpieza básica de tus piezas de oro puedes recurrir primero a una gamuza de microfibra específica para uso en joyería que en Roselin tenemos disponible a la venta en nuestros establecimientos y en tienda online. Si con eso no has logrado restablecer el color y el brillo a tu joya, puedes realizar una limpieza más profunda con productos de limpieza cotidianos. Rellena un recipiente de aproximadamente 500ml de agua tibia y añade una pequeña parte de amoníaco (o jabón neutro). Sumerge la pieza y déjala unos segundos dentro. Al retirarla, puedes frotarla con un cepillo de cerdas suaves para incidir en las zonas más sucias. Recuerda hacerlo con especial cuidado si tiene circonitas o perlas. Al terminar, vuelve a sumergir la joya en agua limpia y sécala despacio. De esta manera lograrás una limpieza completa. No uses este procedimiento nunca si quieres limpiar joyas con piedras preciosas como esmeraldas, rubís, zafiros y otras para evitar dañarlas. Además recuerda que, con el uso, las joyas de oro blanco pueden perder su baño de rodio y descubrir el color amarillo habitual del oro. Puedes devolverlas el brillo con un baño de rodio, que nosotros ofrecemos con un coste de 18€.

 

 

 

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Aunque hayas realizado un cuidado adecuado de tus joyas la plata puede ennegrecerse cuando como resultado de entrar en contacto continuo con el oxígeno. Para limpiarla puedes recurrir o bien usar una gamuza de microfibra (de venta en nuestros establecimientos físicos y en tienda online), o recurrir a una limpieza con agua y jabón o amoníaco (leer cuidado específico de oro de ley). Si con estos métodos no consigues devolver a su estado original la pieza, necesitas una limpieza en profundidad que solo puede proporcionarte un limpiador específico. Puedes adquirirlo en cualquiera de nuestros establecimientos físicos.

 

 

 

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Para evitar arañar tanto el cristal como el armys, guarda tus relojes de forma separada. Procura no golpearlos y limpiarlos siempre con una gamuza de microfibra (o un pañuelo de tela limpio y seco). Evita el contacto con productos químicos o agresivos. Para mantener el buen funcionamiento de la maquinaria, no expongas tu reloj a altas temperaturas, y ten presente su resistencia al agua. Con 3 ATM aguanta salpicaduras, con 5 ATM es apto para contacto breve con el agua (lavarte las manos o ducharte) con 10 ATM es óptimo para nadar y sumergirse y a partir de 20 ATM para buceo. Recuerda que, aún con un buen uso y cuidado de tu reloj, la duración habitual de la pila es de un año y cada cierto tiempo necesitarás un repaso de la maquinaria de tu reloj.